Todos queremos ser exitosos y poder llegar a superar todas nuestras metas y por supuesto ir celebrando las pequeñas victorias a lo largo del camino. Las metas dan a nuestra vida un significado y nos ayudan a llegar a ser una mejor versión de nosotros mismos (tanto en lo personal, como en lo profesional). ¿Pero, alguna vez te ha sucedido que has querido alcanzar una meta, pero eventualmente te das por vencido? ¿Alguna vez has comenzado a trabajar para alcanzar tu objetivo, pero con el tiempo te sentiste que era como una “montaña” muy alta que escalar?
Como seres humanos estamos hechos para ver los problemas de forma natural y castigarnos fácilmente por nuestras malas acciones. Nuestras mentes condenan rápidamente el mal desempeño que a veces tenemos y la culpa comienza a surgir. Nuestra forma de pensar puede deprimirnos cuando sentimos que hemos fallado, y eso generalmente resulta en renunciar a nuestros sueños y metas.
Entonces, ¿Cuál es el secreto para lograr estos objetivos? ¿Por qué las personas exitosas siempre obtienen grandes logros todo el tiempo? ¿¿¿Cómo le hacen???
Te diré cómo…
La mayor parte se reduce a la forma en afrontar los objetivos y sobre todo, resistir los desafíos que se presentan.
Y ¿cómo se hace esto? Básicamente tenemos que trabajar en nosotros mismos, en nuestra mentalidad y nuestras forma de crear nuevos hábitos y recompensarnos por esas pequeñas victorias que logremos. Comencemos…
Mentalidad y perspectiva de las cosas
Muchas personas pueden atribuir el éxito de los demás a la suerte o al talento natural que les ayuda a sobresalir en lo que quieren lograr. Sí, este puede ser el caso, pero la mayoría de las veces se debe a una mentalidad en particular y una forma de ver sus objetivos como un todo.
Tomemos como ejemplo a Thomas Edison, el empresario estadounidense que inventó el foco. Se dice que Edison necesitó casi 10,000 intentos para crear el foco ¿te imaginas intentando algo 1,2..10..200..1,000..10,000 veces??, eso realmente es una gran cantidad de “fallas” antes de finalmente encontrar el éxito. Pero precisamente él nunca pensó que eran “fallas” o “fracasos”, el siempre se decía: “No he fallado. Acabo de encontrar 10,000 formas que no funcionarán”.
En otras palabras, tomó sus fracasos y los convirtió en éxitos porque su perspectiva estaba enfocada en lograr más que en fallar. Está bastante claro que tenía una mentalidad y una perspectiva muy positivas, que le permitieron celebrar esos pequeños pasos (10,000 pasos) y verlos como logros.
Como te mencioné anteriormente, es muy fácil para nosotros auto-humillarnos, auto-aplastarnos por pequeños errores o fallas. Pero ¿qué sucede con nuestros pequeños éxitos? Bueno, la ironía de esto es que, aunque fácilmente nos sentimos muy mal por fallar, casi nunca celebramos nuestros éxitos, y es aquí donde radica el mayor cambio.
Celebra las pequeñas victorias
La clave del éxito es darnos cuenta de que nuestros grandes objetivos no van a suceder de la noche a la mañana, en la próxima semana o tal vez incluso en el próximo año, pero está BIEN. Tendemos a centrarnos en los objetivos finales en lugar de en los pequeños y significativos pasos que damos para llegar ahí.
Por eso, es importante reconocer y celebrar los pequeños logros. El problema de no hacer esto, es que terminamos disminuyendo nuestra motivación, y la motivación es lo que nos mantiene en el camino correcto y nos da la fuerza para llegar a la cima de la montaña.
La falta de motivación suele surgir cuando no estamos seguros de qué tan lejos estamos de nuestros objetivos finales. A veces creemos ciegamente que la meta aún está muy lejos, cuando en realidad podría estar a la vuelta de la esquina, algo que nunca sabremos si nos damos por vencido.
Por lo tanto, es importante asegurarse de celebrar sus pequeñas metas en el camino. Porque reconocer las pequeñas victorias, activa los circuitos de recompensa de nuestro cerebro y libera sustancias químicas que nos dan un sentimiento de orgullo y un factor de felicidad, lo que nos hace querer avanzar más hacia nuestro próximo logro.
Valorar nuestro esfuerzo es clave
A veces, podemos restar importancia a lo que estamos haciendo en nuestra vida y, a menudo, nos olvidamos de valorar lo que hemos hecho y lo que tenemos. Apreciar nuestras pequeñas victorias y los pequeños pasos que damos, puede marcar la diferencia entre fracasar y tener éxito.
La falta de aprecio y gratitud puede llevarnos por la pendiente resbaladiza de la montaña.. en ese momento no estamos viendo la importancia de nuestras pequeñas victorias. Celebrar las cosas pequeñas es reconocer que estamos en el buen camino hacia el triunfo y por supuesto hacia el éxito. De hecho, estamos triunfando todo el tiempo, es un mito que solo triunfamos una vez que logramos ese objetivo difícil de alcanzar.
Valoremos cada pequeño paso que damos al subir nuestra “montaña”, cada vez que lo hagas, recuerda que estas un paso más cerca de tu objetivo final.
Crear hábitos exitosos
Los hábitos exitosos equivalen al éxito. Todos sabemos que crear y cambiar hábitos puede ser difícil, ya que nuestras mentes tienen dificultades para adaptarse a nuevas rutinas, pero reconocer y celebrar las pequeñas victorias, es la forma en que te ayudas a establecer los hábitos que necesitas y seguir adelante.
Nuestros cerebros requieren de retroalimentación positiva, por lo que permitir que te recompenses desarrollará una “adicción al progreso” que hará que tu cerebro quiera continuar y continuar con los siguientes pasos.
Reconocer la importancia del momento actual
Entonces, ¿cuál es el secreto de un hábito exitoso? Se trata de comprender la importancia del momento actual y tomarse el tiempo para celebrar las pequeñas victorias a medida que se presenten. Tendemos a dar por sentado lo que está sucediendo; parece insignificante y creemos que las pequeñas cosas que hacemos en el momento no nos están cambiando.
Debes invertir en hacer pequeñas cosas durante un período de tiempo y comprender que ese momento es realmente importante. Es la combinación de momentos a lo largo del tiempo lo que logra las grandes cosas.
Por ejemplo, digamos que deseas aprender un idioma completamente nuevo. Estudiar 20 minutos sobre este nuevo idioma no aumentará significativamente tus conocimientos, y tal vez ni siquiera 20 minutos mañana o 20 más pasado mañana. Sin embargo, es la combinación de todos estos momentos de estudio de 20 minutos al día lo que eventualmente te permitirá aprender completamente ese nuevo idioma.
En otras palabras, estudiar esos 20 minutos al día puede parecer insignificante en el momento, pero cada día es importante para lograr tu objetivo y aprender a concentrarte.
¿Cómo celebrar las pequeñas victorias?
Con todo esto en mente, son las pequeñas victorias que logramos las que deben de ser reconocidas y apreciadas por lo que son. La motivación es un factor importante para tener éxito o no, y la clave es poder recompensarnos y celebrar las pequeñas victorias. A continuación, te mostramos cómo aprovechar el poder de las pequeñas victorias.
- Divide los grandes objetivos en objetivos más pequeños
No querrás concentrarte en el panorama general, por muy tentador que sea. Asegúrate de crear metas pequeñas y alcanzables que te permitan ver un progreso con mayor claridad, ya que estos pequeños éxitos te ayudarán a sentirte bien con cada pequeño paso.
Cuando nos enfrentamos a una gran meta, nuestras mentes pueden caer en el hábito de la postergación. Los objetivos más pequeños pueden ayuda a evitar esto.
- Recompénsate
Piensa en lo que más disfrutas y haz eso cada vez que completes cada paso. Esto podría ser cualquier cosa, desde regalarte tu café favorito o incluso hacer un viaje a algún lugar. Debes tener algo que esperar con deseo, para entrenar al cerebro a crear motivación.
- No te presiones
Poner fechas límite estrictas a tus objetivos puede generar potencialmente sentimientos de fracaso, incluso cuando hay pequeñas victorias en el camino. Se flexible con tus límites de tiempo y esto aumentará tu felicidad y motivación mientras celebras las pequeñas victorias.
- Realiza un seguimiento a tu progreso
Anotar o hacer seguimiento de tus progresos, te recordará lo lejos que has llegado para lograr tu objetivo. A veces, podemos darnos por vencidos porque no somos conscientes de lo cerca que estamos del éxito y olvidamos cuánto hemos hecho. Anota todas las pequeñas victorias, ya que verlas escritas puede ser una recompensa por sí mismo.
- Cambia tu perspectiva.
Cuando nos concentramos demasiado en el objetivo final, puede parecer demasiado lejano para alcanzarlo. Trata de pensar en ello no como escalar una montaña enorme, sino descender una, quizás pasando por algunas buenas cafeterías (tus recompensas) para detenerte y relajarte en el cambio hacia abajo. Disfruta de tu progreso, de esta manera harás que los objetivos a largo plazo se sientan más fáciles de lograr.
En conclusión..
Aprender a celebrar las pequeñas victorias es la clave si deseas mantener tu motivación mientras persigues tus objetivos. Cada vez que cumplas una meta, busca una manera de celebrar, ya sea poniendo una calcomanía de estrella a tu calendario en ese día, darte un caprichito con una comida o bebida especial o salir con algún amigo. Las metas son un trabajo duro y tú te mereces un regalo mientras trabajas para alcanzarlas.
No te des por vencido, cambia ese chip, celebra tus pequeñas victorias y ponte en marcha, paso a paso para conquistar esa “montaña”
¿Alguna vez has realizado este tipo de actividades? ¿Cómo te fue? Cuéntame…